20.12.15

Patrimonio Histórico Artístico y Piedad Popular: Aplicaciones para la Catequesis




PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO Y PIEDAD POPULAR[1]
APLICACIONES PARA LA CATEQUESIS

(TALLER impartido el 5 de agosto de 2015 durante la Semana de Formación de Catequesis y Evangelización de las Vicarias de Bayamón, y Del Toa y La Plata)


Este taller conferencia tiene como fin particular proponer a los catequistas parroquiales la inspiración del arte católico y sus aplicaciones en la religiosidad popular y la liturgia, como herramientas de la Evangelización.

El arte debe a la catequesis que históricamente ha sido el más importante patrocinador de sus distintas manifestaciones. La primitiva decoración de las primitivas catacumbas, tenían como fundamento el relato de la Historia de la Salvación, luego expresadas magníficamente en las basílicas y los edificios religiosos a lo largo de los siglos. Las catedrales, además de proveer la enseñanza de gramática y ciencias que luego se transformaron en las primeras universidades, han sido ejemplos de verdaderos manuales de doctrina por medio de murales, mosaicos, vitrales, grupos escultóricos, retablos, etc., etc., que se conocen como la Biblia de los Pobres. Todos los fieles podían estar en contacto con las enseñanzas de la Iglesia a través de las obras de arte, donde se describía y documentaba los relatos bíblicos, las historias de los mártires, de los santos, las alegorías de la fe.

Una pieza clave para la realización de las grandes obras artísticas en las catedrales, basílicas, iglesias parroquiales, capillas y ermitas ha sido la participación de los seglares, principalmente organizados en lo que hoy conocemos como asociaciones de fieles[2].  El aprecio de la herencia del patrimonio artístico que históricamente han custodiado los laicos[3], debe ser otra parte del proceso catequético, como herramienta a aplicarse en la participación de la vida comunitaria, particularmente en la liturgia, la piedad[4] y el apostolado, indispensables en la vida cristiana de los fieles.

El testimonio de las asociaciones de fieles muestra variadas facetas de la vida cristiana: subsidiaridad, acción apostólica, piedad y religiosidad, culto, liturgia y sacramentos, los cuales son campos naturales de la labor del catequista. Incluso el ejemplo de la acción de las asociaciones de fieles debiera motivar a la participación de otros en las existentes.

Por otra parte, la valoración y aprecio del arte católico debiera promover el compromiso de todos los fieles en su cuidado. Dicho patrimonio requiere atención, la cual es posible si se aplican medidas preventivas para su conservación, se acude a la consulta de peritos o profesionales de la materia y la Iglesia entera se compromete a su cuidado como reliquia y testigo de la historia cristiana.


La Iglesia como maestra
El Magisterio y la Tradición de la Iglesia, son fuentes que proveen herramientas para el camino seguro de la vida de fe del cristiano, experiencia cotidiana que se verifican en su mundo cultural particular. A este efecto se recomienda profundizar las siguientes fuentes:
Directorio de Piedad Popular y la Liturgia[5]. En este documento se provee el trasfondo histórico de éste tema y se pondera la relación efectiva de la sacramentalidad de la vida del cristiano.
Código de Derecho Canónico de 1983. En cuanto a los aspectos jurídicos, es la guía para comprender el derecho de los fieles[6] [7] y su participación activa en la Iglesia. En esta legislación se detallan igualmente los aspectos de los fines, los bienes, la comunión y el compromiso que implica el constituirse como entidad eclesiástica.
Pontificio Consejo para la Cultura (PCC). Sobre los temas del patrimonio artístico existen abundantes fuentes de consulta, tanto eclesiásticas como civiles, de las que recomendamos principalmente las provenientes de la Pontificia Comisión de los Bienes de la Iglesia sobre inventarios, conservación y museología, hoy integrado dentro del PCC.



Los tiempos de la Religiosidad y Piedad Popular
Se propone el uso de una línea del tiempo donde la piedad, religiosidad popular y la liturgia se comunican por medio de las expresiones artísticas como la pintura, la escultura y la orfebrería. Este cuadro sintetiza el hilo histórico de algunas de las devociones más importantes en la Iglesia en Borinquen, compaginando eventos que enmarcan la particular experiencia de las asociaciones de fieles que comúnmente llamamos cofradías, por principalmente por ser un caso verificable durante toda la vida eclesiástica de estas tierras.

El Ciclo litúrgico en Puerto Rico tuvo sus orígenes en la liturgia propia de la sede episcopal de Sevilla[8], diócesis metropolitana de la cual fue sufragánea la de San Juan de Puerto Rico, desde su creación[9] hasta 1546, manteniendo luego esta influencia hasta que se fueron aplicando los decretos del Concilio Ecuménico de Trento[10].


El patrimonio artístico como testimonio
Como parte de los frutos de las Cofradías, Hermandades y Asociaciones ha sido la de ser patrocinadores, custodios y /o propietarios de importantes piezas de arte que testifican las fe católica a lo largo de la historia. Estos objetos constituyen una parte destacada de la herencia del arte religioso puertorriqueño. Podemos distinguir dentro de estos casos:
  1. Imágenes Titulares: del Santo Cristo de la Salud (Obra de Manuel González), Ntra. Sra. del Carmen (Hoy de la Tercera Orden); Cofradía de Ntra. Sra. de la Candelaria (San José);  Facsímil de Ntra. Sra. de Belén.
  2. Ex votos: de la Virgen de la Monserrate (Adoración de los Reyes), del Santo Cristo de la Salud; Cofradías de Ntra. Señora de Belén y la de de Ntra. Sra. del Rosario (Obras de José Campeche), Pía Unión de Ntra. Sra. de la Providencia.
  3. Inmuebles: Conjuntos de Capilla y Hospital de N. Sra. de la Concepción (Ciudad de San Juan y Villa de San Germán) del Santo Cristo de la Salud; de Ntra. Sra. de Valvanera, del Rosario, de Belén; de la Monserrate;
  4. Insignias, manifestador y guión de la Cofradía del Ssmo. Sacramento (S. I. Catedral)
  5. Orfebrería: Tesoro de Ntra. Sra. de la Providencia; Tesoro del Santo Cristo de la Salud;
Una abundante serie de obras de artes aplicados como los ornamentos de la Cofradía de Ntra. Sra. del Carmen en Palo Seco, las Hermandades de Ntra. Sra. de los Dolores (S. I. Catedral y Parr. del Carmen en Bo. Obrero) y la de la Virgen de la Providencia, son muestra de la actividad constante de las respectivas asociaciones y su contribución al arte religioso.

La consideración de fortalecer los lazos entre el clero, los consagrados y los fieles seglares a través de la formación constante constituye una oportunidad para enriquecer nuestra Iglesia local. Se espera que la motivación de compartir y proveer información pertinente a práctica litúrgica, la teología, el arte sacro y el derecho canónico animen a la  incorporación de los seglares en las distintas asociaciones existentes e incluso a la formación de nuevas o a la reactivación de otras, fortaleciendo por extensión a la adhesión a las enseñanzas de Ntra. Santa Madre Iglesia.

Conclusiones y sugerencias
·        Incluir y promover la participación y patrocinio de los recursos locales tales como artesanos, artistas gráficos, profesionales del arte y la cultura y en la medida posible de artistas plásticos, para la elaboración de materiales, actividades de formación, proyectos de arte litúrgico.
·        Programar visitas a museos y a nuestro patrimonio histórico y cultural-
·        Promover la recuperación de los valores del trabajo manual que en la actualidad ha tendido a sustituirse con materiales prefabricados, industriales o bien del plagio de material electrónico, desaprovechando los talentos que el Señor ha puesto en su Iglesia.
·        Recuperar los medios existentes de arte sacro y religioso local para su uso como material catequético, aprovechando sus valores iconográficos y espirituales, tales como las obras artísticas de José Campeche, las colecciones diocesanas, parroquiales, etc.
·        Revalorar la acción de las asociaciones de fieles, para que además del ejemplo de profesar la fe por medio de las expresiones públicas y en el ámbito de la caridad, profundizando en la transmisión del valor catequético y espiritual del patrimonio artístico y documental que custodian. Para ello, se les propone: catequesis y formación particular sobre arte sacro, piedad popular y liturgia; inventarios eclesiásticos[11] [12] y  planes de conservación preventiva.
·        Destacar la generosa entrega de los seglares que desde su participación sencilla da testimonio de fe en medio de una cultura laicizante y secularizada, muy a pesar de las raíces cristianas de nuestro entorno. Actualmente las manifestaciones de piedad popular son parte de la agenda litúrgica de las comunidades eclesiales, sin embargo se descuida el valor evangelizador de las mismas, puesto que muchas de ellas se constituyen en simples actividades, de las cuales se desconoce su sentido y función. La catequesis debe complementar la actividad logística de la organización de las mismas. Las reuniones para prepararlas deberían considerar un modulo de formación pastoral que traten del sentido litúrgico sacramental, historia de la Iglesia, de la vida del santo o del misterio que se celebrará. Igualmente es indispensable incluir la fundamentación bíblica, magisterial y teológica básica, de tal manera que lo que se celebre se viva: Lex Orandi Lex Credendi.

El escándalo de la Cruz se sigue y seguirá manifestando en las  calles por medio de las procesiones y actos públicos que gracias, en buena parte, a las asociaciones de files se mantienen.

Es necesario dar espacio a la educación y catequesis de los seglares, a fin de que en tanto mayores herramientas tengan a mano, la actividad pastoral podrá tener más expectativas de cumplir con sus fines. La conservación y aprecio del patrimonio artístico relacionado a la religiosidad y la piedad popular es indispensable para su propia supervivencia ya que las imágenes, enseres y ornamentos son el lenguaje profundo que a través del símbolo y de los sentidos las cofradías, hermandades, asociaciones y grupos apostólicos proclaman nuestra fe.

 

BIBLIGRAFÍA Y FUENTES DE CONSULTA

CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO: http://www.vatican.va/archive/ESL0020/_INDEX.HTM
COMISIÓN PONTIFICIA PARA LOS BIENES CULTURALES DE LA IGLESIA:
o        Necesidad y urgencia de inventariar y catalogar los bienes culturales de la Iglesia (1999).
o        La función pastoral de los archivos eclesiásticos (2 de febrero de 1997)
o        Los bienes culturales de los institutos religiosos (10 de abril de 1994)
o        Las bibliotecas eclesiásticas en la misión de la Iglesia (19 de marzo de 1994)
o        Formación de los futuros presbíteros en el cuidado de los bienes culturales de la Iglesia (15 de octubre de 1992)
CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO (CELAM): http://www.celam.org/index.php
CONSEJO PONTIFICIO DE CULTURA (www.cultura.va). Diccionario de Historia Cultural de la Iglesia en America Latina:
http://www.enciclopedicohistcultiglesiaal.org/diccionario/index.php/Glosario
http://www.dhial.org/diccionario/index.php/Glosario.
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS: Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: principios y orientaciones; Ciudad del Vaticano, 2002.
DÁVILA RODRÍGUEZ, Arturo. María en la Religiosidad Popular de Puerto Rico; Colección Quinto Centenario; CELAM, Bogotá 1989.
DALMAU, Bernabé. Religiosidad Popular y Santuarios; Dossier del Centro de Pastoral Litúrgica # 64; Barcelona, 1995.
FELICES, Fernando. Apuntes. Apuntes para la historia de la Santa Iglesia Catedral de San Juan Bautista (1512-1977); Directorio de la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico, Lito Camargo Ltda. Bogotá, 2003.
GARCÍA, Javier. María en la Religiosidad Popular (en Latinoamérica); Boletín CELAM #303, Marzo 2004
LÓPEZ CANTOS, Ángel. La Religiosidad Popular en Puerto Rico (Siglo XVIII); Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 1992.
PAULO VI. Sacrosanctum Concilium: Constitución sobre la Sagrada Liturgia; Concilio Ecuménico Vaticano II, 1963.
PAULO VI. Evangelii Nuntiandi: Exhortación Apostólica sobre la evangelización en el mundo contemporáneo; 1975.
PARENTE, Pietro; PIOLANTI, Antonio; GAROFALO, Salvatore. Diccionario de Teología Dogmática; Versión del Italiano por Pro. Francisco Navarro; Editorial Litúrgica Española, Barcelona, 1952.
SILVEIRA, María del Pilar. Nueva búsqueda de la mariología popular latinoamericana. Aportes de la fisonomía de la mariología popular venezolana al conocimiento teológico: Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología, Instituto Teológico Internacional de Puerto Rico, 2011.
TUS PREGUNTAS AL SANTORAL. RABRE, Ramón. Acceso el 25 de abril de 2015: http://preguntasantoral.blogspot.com/
THE CATHOLIC ENCYCLOPEDIA. NEW YORK: Robert Appleton Company. Acceso el 25 de abril de 2015 de New Advent: http://www.newadvent.org/cathen/11562a.htm





[1] Según la III Conferencia General del CELAM se define: “Por religión del pueblo, religiosidad popular o piedad popular entendemos el conjunto de hondas creencias selladas por Dios, de las actitudes básicas que de esas convicciones se derivan y las expresiones que las manifiestan. Se trata de la forma o de la existencia cultural que la religión adopta en un pueblo determinado. La religión del pueblo latinoamericano, en su forma cultural más característica, es expresión de la fe católica. Es un catolicismo popular”: (CELAM, Documento de Puebla, No. 444, 1979).
[2] Ej. : Ccofradías, hermandades o grupos apostólicos, integradas mayormente por seglares.
[3] BALVANERA, HÉCTOR: Las Asociaciones de Fieles, su Patrimonio Artístico y la Religiosidad Popular. Taller Conferencia. Oficina de Bienes Culturales y Arte Sacro, Arquidiócesis de San Juan PR, 2015.
[4] Según la exhortación Evangelii Nuntiandi (EN) la piedad popular son las “expresiones particulares de búsqueda de Dios y de la fe, que, bien orientadas, pueden ser para las masas populares un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo” (Paulo VI: EN, Exhortación Apostólica, 1975).
[5] CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS
[6] REYES VIZCAINO: Los Estatutos de la asociación de fieles; Sobre esta modalidad dentro de las personas Jurídicas en la Iglesia según Derecho Canónico de 1983 canon 215,  donde: Los fieles tienen derecho a fundar y dirigir libremente asociaciones para fines de caridad o piedad, o para fomentar la vocación cristiana en el mundo; y también a reunirse para procurar en común esos mismos fines.
[7] Sobre la Historia y desarrollo de Hermandades y Cofradías Recomendamos consultar: CONSEJO GENERAL DE HERMANDADES Y COFRADIAS DE LA CIUDAD DE SEVILLA: Historia http://www.hermandades-de-sevilla.org/hermandades/historia-de-las-hermandades-y-cofradia/introduccion. (Verificado el 4 de abril de 2015).
[8] La llamada Liturgia Hispalense marcó prácticamente el culto y las celebraciones de las diócesis fundadas en el S. XVI en América, puesto que todas ellas dependían de la Metropolitana de Sevilla como sufragáneas hasta 1546, fecha en la que se crean las tres primeras diócesis metropolitanas del continente: Ciudad de México, Ciudad de los Reyes de Lima y la de Santo Domingo, a la cual paso a depender la diócesis de San Juan de Puerto Rico.
[9] PP. Julio II: Bulla Romanus Pontifex: 8 de Agosto de 1511. De la erección de las tres primeras diócesis en el Nuevo Mundo: Santo Domingo y Concepción de la Vega en la isla de la Española, y una en las Islas de San Juan Bautista (luego de Puerto Rico), llamada Boriquén.
[10] Concilio de Trento: celebrado entre 1545 y 1563. En el se reguló universalmente asuntos principalmente de disciplina eclesiástica y reforma moral; de Teología (Reconfirmando del Credo y los Dogmas de la Iglesia: Revelación en las Sagradas Escrituras y la Tradición y el Magisterio; Trinidad, Sacramentos, Culto a la B. V. María y los santos, etc.) e hizo universal la liturgia en lo que luego sería llamado el Rito Romano. Un punto importante dentro de dicho Concilio fue lo referente al arte religioso y las imágenes, como medios validos según lo reguló, dando paso a la expresión del llamado arte barroco o de la Contrarreforma.
[11] BALVANERA ALFARO, Héctor. Normas generales para asignar de códigos de registro. Oficina de Bienes Culturales y Arte Sacro, Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico, 2014:
2014 ArqSJ-PR_NORMAS_Ficha_Inventario.DOC
[12] BALVANERA ALFARO, Héctor. Formato de Registro para Inventario; Oficina de Bienes Culturales y Arte Sacro, Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico, 2014: ARQSJ-PR FICHAS DE REGISTRO V_2014.12.05.DOC

La contemplación a través del arte



11 de marzo de 2012

La contemplación a través del arte 


Conferencia
Por Héctor Balvanera Alfaro

Museo de las Américas, Antiguo Cuartel de Ballajá
San Juan de Puerto Rico


Es preciso celebrar que se abran espacios para el diálogo, donde uno de los interlocutores presente la fe como parte del discurso. Como creyentes, estamos urgidos a presentar el camino de la Belleza como un puente de comunicación fraterna, con el resto de los creyentes y con los no creyentes. Es un motivo para abrir las puertas de casa a la esperanza.

Ante un mundo que corre híper mediático, dependiente de la inmediatez, individualista, hedonista y habido de consumo, las cuestiones del espíritu tienden a delimitarse cada vez más a la experiencia personalista, o bien como parte de los enseres de casa.

El ejercicio de la fe, en un siglo, ha pasado de ser un elemento vital y sensible de la sociedad a un espacio que se ha ido reduciendo y, por desgracia, tendiente a ser víctima de la intolerancia. Hay quienes llaman a esta sociedad global: ultra laicista y post religiosa.

Arte y fe han estado relacionados desde tiempos inmemoriales; la particularidad, del ámbito cristiano, donde el arte es una gran expresión de expresiones, compleja y prolífica. Pero, en las condiciones presentes donde el arte cristiano ha tendido a ser presentado, y luego comprendido, como un objeto de Museo, resulta que tratar hoy un tema así en una institución civil es un acto valiente, conciliador y sumamente humano. Lo celebro y agradezco.


La cultura tiene en el arte uno de las expresiones más humanas, es un fruto y testimonio del “ser”. Los petroglifos de Altamira y Tibes son paralelos, que aunque distantes en el tiempo, correspondientes a una realidad que da significado a la historia del hombre. Es esta necesidad de comunicar, lo que se ha visto, o lo que se quisiera ver. Un lenguaje para el cual no es suficiente el lenguaje mismo. Es el pensamiento materializado; un mensaje que comunica, que predica lo contemplado.


La contemplación cristiana

Siendo un ejercicio intrínsecamente humano, la contemplación esta presente también en las manifestaciones de la cultura. La creación compele al hombre a observarla: es el mundo donde esta, donde es. El acto de detenerse a mirar el mundo, incluyendo lo  transformado, y tratar de comprender. Mirarse a sí mismo; mirar al otro, a los otros; mirar  lo que esta al alcance de sus manos; lo que esta más allá, en y del firmamento. Luego, sobrecogido de todo ello, sensible a mirar, observar, ocuparse de lo sobrenatural; la práctica de la fe: la contemplación espiritual.

Esta contemplación espiritual tiene como medios los sentidos. El oído que transformó la sonoridad de los jilgueros en las notas de una polifonía, del canto Gregoriano, o de las composiciones de Haydn, o de Felipe Gutiérrez y Espinosa[1]. Sobre el olfato, tenemos el aroma del incienso y del copal mesoamericano. Las purificaciones o baños rituales ponen el tacto como medio con los signos del agua y el fuego. En cuanto al gusto, la ingesta de alimentos rituales y sagrados. Gusto, tacto y olfato tienen un papel más efímero, más no secundario, por su temporalidad misma. El privilegió mayor lo tiene la vista y el oído.
  
Desde el relato de las cavernas de Altamira a los azulejos de los Palacios Asirios; de los murales de la Iglesia de Santo Tomás de Aquino (hoy de San José) en San Juan y las tallas de Rodin, a la fascinación onírica de Abu Dhabi, son todas materializaciones que expresan las realidades terrenas, o sobrenaturales, presentes en la vida humana. En el caso de las segundas, entramos plenamente en el campo de la fe.

De la sencilla admiración cotidiana y la observación, milenariamente presente en las expresiones del arte y la cultura universal, al específico, y profundo, ejercicio que el beato Fra Angélico y San Rafael Arnáiz y Barón testimoniaron la herencia recibida del Nazareno. 

La contemplación nos presenta una actividad en la cual la razón se sumerge en la experiencia interior, en el alma. En el caso cristiano se describe como el deleite, anhelo (búsqueda-amor) y comprensión (escucha) de la Belleza Sublime: Dios, la Verdad primera, el Amor supremo, la Hermosura Misma.


El arte y el artista cristiano

La historia del cristianismo nos presenta un complejo abanico de expresiones artísticas, que a menudo se empaquetan en un mismo adjetivo: arte sacro. La relación fe y arte, en perspectiva, se observa como un prisma donde los fines y sus respectivos resultados nos ofrecen un amplísimo catalogo de argumentos, desde los cuales se puede ver esta Pléyades creativa.

El arte cristiana esta marcada por el sello de Cristo Jesús, imagen del Padre, por tanto éste integra en él la naturaleza material, lo humano (destrezas, creatividad, capacidades y oficio), en una vinculación armoniosa con las realidades sobrenaturales, como el efecto de la experiencia inspiradora del interior.

El arte cristiano responde tanto a su naturaleza espiritual como material, y en su conjunto, a las necesidades de la fe. Por su destino, en el arte cristiano tenemos:
  • Arte ornamental (murales, vitrales, pintura, escultura, orfebrería y textiles).
  • Arte litúrgico (orfebrería, lapidario, musical, textil, pintura y escultura)
  • Arte para la devoción (escultura y pintura).

Es preciso distinguir dentro del arte cristiano, como fruto de la experiencia de la fe y/o del efecto de este en el ejercicio espiritual, se observan dos grandes vertientes:
  • Arte religioso, que tiene un carácter o calidad de religioso evidente, pero que no trasciende a ser un medio de oración o contemplación.
  • Arte sacro, con valores y significados como un medio para el culto, la oración o contemplación.

Esta clasificación no es categórica, ya que depende de la cultura y el contexto. De igual manera, incluye la expresión personal del artista que presenta en la obra; luego la reacción que la obra tendrá en el espectador. Una misma obra de arte puede tener un valor distinto o significado para el espectador o creyente. Es pues un amplio espectro de la experiencia de y para la fe.

Históricamente el artista cristiano, tuvo sus primeras obras en las catacumbas, durante las persecuciones de los siglos I al IV. Fueron estas manifestaciones un testimonio heroico de la fe, en tanto que fueron signos de pertenencia, con fines catequéticos evangelizadores. Se estableció un sistema de símbolos con que se decoraron los lugares de culto; estos sitios ofrecen las huellas del martirio y de la naciente comunidad cristiana. Luego de la salida de las catacumbas, el arte fue primero un signo de la libertad religiosa que logró la aceptación civil. Heredó, tanto el lenguaje del arte clásico grecorromano, como el catálogo de símbolos de las catacumbas y desarrollo otros nuevos.

Tras la caída del Imperio Romano occidental, el arte fue una pieza clave del baluarte tras el cual se guareció la cultura. En su encuentro con el mundo bárbaro incorporo elementos y estilos propios, cristianizándolos. La definición dogmática encontró en el arte un medio para dar testimonio de la Tradición de la Iglesia, a la par de ser instrumento eficaz de la catequesis.

La fractura de la Iglesia de Constantinopla, determinó el proceso de desarrollo que conformó lo que, hasta prácticamente cien años, reconocemos como el programa básico del arte cristiano, tanto en la arquitectura como en la pintura, con las debidas variantes y acentos marcados por las sucesivas corrientes estilísticas. 

Un caso aparte del arte cristiano es la “escritura” de iconos, el cual no trataremos en esta ocasión, dado que pertenece a una tradición litúrgica y espiritual generalmente desarrollada diferente a nuestro contexto occidental.

La relación del arte y la fe, tienen ya más de un siglo de encuentros y desencuentros, complejos y muchas de las veces dolorosos.

Las corrientes artísticas, han estado influidas o determinada, progresivamente, por el laicismo, la irreligiosidad e incluso el ateísmo. Este tema requiere atenderse con urgencia, como ya han declarado los últimos Pontífices[2], como una agenda pendiente para restaurar esta pieza destacada del edificio de la Iglesia.

Un paradigma dentro de esta dinámica en el arte es la canonización de la abstracción y lo no figurativo. Aun cuando estas corrientes plásticas son opción u oportunidad para el desarrollo del arte cristiano, las corrientes oficiales del arte secular han reiterado la invalidez de la figura y lo figurativo como expresión aceptable. Hay no pocos casos del arte como proclama adversa o enemiga declarada tanto de la religión, como de la fe misma. 

Por consecuencia, el arte S. XXI ha visto nacer contracorrientes historicistas, antagónicas a la vanguardia estética. Con una cierta lógica, provocada por esta “no-relación” del arte y la fe, estas otras propuestas ven con desesperanza alguna posible salida para producir  arte cristiano. Es preciso proveer espacios para la creación de arte cristiano con una clara identidad, validamente actual, incluyendo las corrientes figurativas contemporáneas.

En el propio mundo del arte el debate de la inmediatez de las técnicas, el discurso individualista y autocomplaciente, resulta en una confusa masa de expresiones estéticas, que se alejan del oficio y la técnica, ya no digamos del sentido público y universal del arte.

El artista en el tema religioso cristiano tiene un papel importante pero no necesariamente preponderante para los fines de la obra como una de devoción; históricamente son pocos los casos de obras de los grandes maestros del arte que reconocidamente del culto, que no obsta que motiven la contemplación profunda, incluso para la oración. Esto no es un demérito, es simplemente un carisma distinto, pero igual de valioso y necesario para la composición artística universal y cristiana. Cabe aquí la observación sobre el anonimato del artista que pudiera ser, en algunos casos, un gesto cristiano de humildad.

No es pues de sorprender, que la mayor parte del arte cristiano tiene un valor de colaborador, como una estructura en que se construye el ambiente para el culto litúrgico, la religiosidad y las manifestaciones de devoción popular. Sería atrevido no reconocer la calidad artística de las catedrales normandas o visigóticas, la de los frescos de las iglesias armenias, de las obras de la escuela Prerrafaelita o de los mosaicos de Rupnik[3] en la Capilla Redemptoris Mater.  Sin embargo este valor artístico estético no tiene el mismo efecto del crucifijo de San Damian, ante el cual elevó sus oraciones el Seráfico San Francisco o el que tenía en su cámara la reina Santa Eduviges de Polonia.

El valor del arte sacro que ha cobrado un valor como puente para la contemplación en la oración, es determinado no necesariamente por la precisión técnica. Hay obras que por no ser precisamente originales en su concepción se ponen en entredicho. Es el caso de los artistas talladores de imágenes devocionales, mayormente españoles, que rompen el esquema del arte como propuesta innovadora. Pues aunque son precisos en el detalle y proporción de la figura, su arte es tradicional y no esta determinado por las corrientes de propuesta contemporánea. Es cierto que aunque no se pueden comparar con un Miguel Ángel o Fra Angélico, pero, para la religiosidad de Hispanoamérica y Filipinas particularmente, tienen un significado profundo, que incluso, traspasa el sentido religioso con un valor patrimonial reconocido socialmente.


La experiencia de la fe en el arte
A continuación expondremos brevemente cuatro casos para poder visualmente apreciar el valor de estas obras como medio para la contemplación.

La Virgen de Belén, Escuela de Amberes (Círculo de Roger Van Der Weyden), ca. 1511. Óleo sobre tabla; desaparecida en 1972 de la Iglesia de San José, antiguamente de Santo Tomás de Aquino, San Juan Puerto Rico. Pertenece al arte flamenco de transición del gótico al renacimiento. El efecto cromático sitúa al espectador frente a una escena del descanso de la Huida a Egipto. La Madre amamanta a Jesús, cuya proporción denota la fragilidad del Infante, que esta cubierto a penas con un paño. La Virgen contempla al Niño-Dios, en actitud de adoración. Con fama de milagrosa, ha sido motivo de devoción centenaria y a quien se agradece el salvamento del sitio de San Juan por los Ingleses (1797).



Cristo en la Cruz (ca. 1600-1610), Colección Privada, expuesto en el Museo Getty, en Los Ángeles. El Greco (Doménikos Teotokópoulus, 1541-1614). Un cristiano ortodoxo que impacta en el manierismo de la católica España del Siglo de Oro. Las proporciones bizantinas de su obra, lograron acoplarse al ambiente tradicional; su peculiar resolución en la composición verticalista, los campos de color, el firme trazo y la prioridad del conjunto sobre el detalle son parte del sello de su obra.  El rostro de Jesús agonizante mira en la esperanza de la presencia del Padre. La desnudez de su cuerpo contrasta en medio de las tinieblas, mientras la mirada elevada parece constatar las frases de los Evangelios.






Santa Rita de Casia; José Campeche y Jordán (1751-1809). En el contexto puertorriqueño, podemos apreciar el oficio de este artista cristiano excepcional. En el evidente desarrollo técnico, estilístico y academista de su obra, es notorio el acento que tiene su obra de tema religioso. El gesto del maestro Campeche, se torna humilde. El manejo tanto en los detalles como en el dibujo de retrato del Gobernador Ustáriz dista de las soluciones que emplea en la obra religiosa. En éste tema se vislumbra una intención de expresar el valor de la obra como medio que ayude a la expresión piadosa, sobre el la solución de la perfección fisonómica.





Antoni Gaudí i Cornet (1852-1926): La Basílica Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, (iniciada en 1883 y dedicada en 2010 aun si concluir; Barcelona). El caso del escultor Etsuro Sooto[4], destaca por que a través de la comprensión de la obra, decide convertirse al cristianismo. La Sagrada Familia es una elocuente muestra de una verdadera catequesis en piedra. La experiencia profesional y artística de Gaudí, en conjunto con la vivencia religiosa, dan como resultado un ingente cúmulo de contenidos doctrinales plasmados en las escenas de la historia de la Salvación, de decoraciones con ricos simbolismos y elementos iconográficos. La lectura de la inspiración de este edificio es la pieza clave para la conversión del artista nipón.

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Bibliografía


Beckett, Sister Wendy; Joy lasts: On the Spiritual in Art. Getty Publications, 2006.
Benedicto XVI; Arte y oración; Audiencia General. Plaza de la Libertad de Castelgandolfo, miércoles 31 de agosto de 2011
Benedicto XVI; consagración de la iglesia de la sagrada familia y del altar; homilía. Viaje Apostólico a Barcelona; domingo 7 de noviembre de 2010

Espeja Pardo, OP, Fr. Jesús; Contemplación: mirar y vivir en el mundo desde Dios; www.dominicos.org/pupitre/documentos/contemplacion.doc : Consultado el 3 de marzo de 2012.

Nouwen, Henri J. M.; El regreso del hijo prodigo. Meditaciones ante un cuadro de Rembrandt. Edit. Ágape; España, 1992.

Pontificio Consejo para la Cultura; La Via Pulchritudinis: Camino Privilegiado de Evangelización y de Diálogo. Documento final de la Asamblea Plenaria, 27-28 Marzo 2006. Librería Editorial Vaticana.

 



[1] Felipe Gutiérrez y Espinosa (1825-1899) Músico y compositor, N. en la ciudad de San Juan; celebre Maestro de Coro de la S. I. Catedral. Primer puertorriqueño en escribir una Opera (Guarionex, ca. 1865).
[2]  Paulo VI: Mensaje a los artistas (8 diciembre 1965): AAS 54 (1966) / Juan Pablo II; Carta a los artistas.  Librería Paulinas; España, 1999/ Benedicto XVI: La Belleza el camino hacia Dios. Discurso a los artistas en la Capilla Sixtina (21 noviembre 2009).
[3] Rupnik, P. Marko Ivan (Zadlog, Eslovenia1954- ). Sacerdote y artista plástico. Celebre por sus controversiales obras en mosaico en que incorpora elementos bizantinos.
[4] Sooto, Etsuro (1953- ). Artista plástico japonés. Destacado escultor, quien tras trabajar y comprender en la obra de A. Gaudí del templo de la Sagrada Familia (Barcelona), decidió ingresar en la Iglesia católica.